Las limitaciones al combustible en cooperativas

Os dejamos con la carta abierta de Juan Francisco Blanco, presidente de la Sectorial de Suministros de Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura:

La industria agroalimentaria, de la que las cooperativas son motores, son base en la economía extremeña. Ya, esto no es nuevo, pero es fundamental para que muchos no podamos entender que, a pesar de ello, se pongan trabas a la consecución de una mayor competitividad, por la que las cooperativas de nuestra región están apostando firmemente, que permita un crecimiento económico sostenido.

Trabas como las que se están encontrando las cooperativas ante la regulación que diferentes Comunidades Autónomas han aprobado recientemente o están en proyecto de aprobación y que introduce barreras a la entrada y ejercicio de la actividad de las estaciones de servicio automatizadas, y ello de manera innecesaria o desproporcionada.

Tal y como venimos defendiendo desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura, las cooperativas ofrecen con la venta de carburantes un servicio más a sus socios agricultores y ganaderos que, a partir de precios competitivos al reducir sus márgenes de beneficio, les ayude en el mantenimiento de la actividad agraria, ya que el precio de los combustibles tiene una gran influencia en la misma.
Y esto además favoreciendo la transparencia del mercado y la libre competencia en este sector, en el que ya la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha abogado por introducir mayor competencia al reconocer la existencia de deficiencias estructurales que provocan el exceso de concentración y dificultan el juego de la competencia.

Lo ha hecho en numerosas ocasiones. La última, hace sólo unas semanas con un informe en el que defiende la existencia de gasolineras automatizadas y recomienda que se eliminen las limitaciones impuestas a las cooperativas agrarias para la distribución de combustible. Extremadura está aún a tiempo de no sacar su propuesta que limita la actividad de estas estaciones de servicio automatizadas en las cooperativas.

Así, la CNMC critica la exigencia de disponer de un mínimo de una persona para que atienda en toda estación de servicio, pues con ello no solo se está coartando el libre ejercicio del derecho de empresa, sino también limitando la libre elección de los consumidores lo que, en último lugar, daña el interés general.

Y es que no debemos olvidar que las estaciones de servicio automatizadas de las cooperativas favorecen también el desarrollo de muchas zonas rurales, donde el único surtidor de gasolina con el que se cuenta es el de la cooperativa, facilitando así el abastecimiento en zonas que de otro modo no lo tendrían y además las 24 horas, como precisan los agricultores y ganaderos, ya que el campo no tiene horarios. ¿Por qué debemos impedir a un agricultor ir a repostar a las 5 ó 6 de la mañana para que pueda ir al campo a cosechar sus productos?

No hay peligrosidad alguna. Las instalaciones para el suministro de carburantes con que cuentan las cooperativas son de las más modernas, cumplen con todas y cada una de las exigencias técnicas de seguridad que se exigen por normativa y garantizan los derechos de los consumidores y usuarios ofertando además un precio muy competitivo.

Por el contrario, se nos ponen limitaciones. A la que impuesta limitación cuantitativa de combustible que ya tenemos -no suministrar más del 50% a no cooperativistas-, que no atiende a criterios económicos y menos aún de seguridad en el suministro, se suma ahora una más para contar con personal para atender a los usuarios de la estación de servicio.

Seguimos sin ver claro en qué beneficia esta limitación y sería recomendable que las comunidades autónomas que aún no han legislado en este sentido eliminen toda innecesaria imposición y que se deshabilite la limitación cuantitativa en la distribución de combustibles que se impone a las cooperativas agrarias.